Gran actuación en Corea de los esquiadores del CD San Cebrián

Gran actuación en Corea de los esquiadores del CD San Cebrián

Carlos Huidobro, Alfonso Cabo, Sara Amor y Francisco Osorno viajaron con Esther Alonso, su entrenadora, a los Juegos Mundiales de Invierno Special Olympics 2013 en Corea del Sur

Seis de las 22 medallas y tres de los diplomas conseguidos por la delegación española en los recientes Juegos Mundiales de Invierno Special Olympics 2013, en Corea del Sur, regresaron a tierras palentinas en las maletas de cuatro entusiastas esquiadores del Club Deportivo San Cebrián, que acudieron a la importante cita con su entrenadora, Esther Alonso.

Carlos Huidobro, Alfonso Cabo, Sara Amor y Francisco Osorno recibían ayer, en la sede capitalina de la Fundación San Cebrián, su merecido reconocimiento, posando con sus medallas, diplomas y recuerdos de un encuentro que se celebra cada cuatro años, reuniendo a 3.000 deportistas con discapacidad intelectual de 110 nacionalidades.

Les daba la enhorabuena por sus éxitos Juan Pérez, presidente de la Fundación San Cebrián y su entrenadora, a su vez, agradecía la apuesta de la Fundación y sus trabajadores «por poder llevarlo a cabo». Una actividad que los deportistas (un grupo de 11 personas en un inicio) prepararon en la estación de San Isidro (León) durante una semana. Sin olvidar el Campeonato de España, en el que Alfonso se colgó una medalla de plata y tanto Carlos como Francisco terminaron cuartos.

La organización Special Olympics, en base a los resultados y a las conversaciones con los entrenadores de los diferentes clubes, efectuaba una convocatoria de 27 deportistas de todo el país, acompañados por nueve entrenadores y dos miembros de organización.

PROTAGONISTAS. Sara, de 21 años empezó «a esquiar el año pasado» y ha conseguido dos bronces (en Gran Slalom y Slalom Gigante) y un diploma (sexta en Slalom); reconocía haber «conocido a mucha gente» y se lo dedicaba a su madre.

Carlos, el más expresivo de los deportistas, ganador de dos platas en esquí de fondo adaptado (50 y 100 metros) también se lo brindaba a su familia y a su madre, que lloró al verle con sus medallas. Sin olvidar, generoso y divertido, a todo el mundo «que me ha visto».

Alfonso (dos bronces en esquí de fondo absoluto, 1.000 y 2.,500 metros), más serio, hablaba de «una experiencia fantástica», recordando que celebró su «cumpleaños en Corea del Sur. Desde los 13 años practica este deporte.

Y Francisco (diplomas en esquí de fondo 500 y 1.000 metros), daba «las gracias a mi familia y a la Fundación San Cebrián» y destaca que «el deporte es bueno, conoces gente y sitios nuevos».

Sus medallas y diplomas tendrán un lugar privilegiado en vitrinas, paredes y, sobre todo en sus corazones.

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