El Ayuntamiento y la ‘Fundación San Cebrián’, entidad encargada de la recogida, se muestran satisfechos del primer balance anual desde que se instalaron los 33 contenedores gracias a un convenio con la Junta y el ‘Ente Regional de la Energía’
La conciencia por el cuidado del Medio Ambiente va calando entre los palentinos. Los vecinos de la capital depositaron en los contenedores 40.042 kilos (unos 145,6 al día) desde abril -fecha de la primera recogida- a diciembre de 2010, según los datos facilitados por el Ayuntamiento y la Fundación San Cebrián.
Esta cifra invita al optimismo. «Hemos tenido una buena recogida y estamos satisfechos porque el servicio está funcionando muy bien. Las campañas de sensibilización desarrolladas por la Junta y por el Ayuntamiento han funcionado», explica Yolanda Gómez, concejala de Medio Ambiente. Un éxito que se ha producido gracias a la colaboración de los vecinos, «muy sensibilizados e implicados en la recogida selectiva en origen», según la concejala.
Es un buen dato teniendo en cuenta que la primera recogida se hizo en abril pero, eso sí, se puede mejorar, pues se trata tan sólo del 12,18 por ciento del aceite que se genera al año en la capital, que a razón de cuatro litros por habitante y año (la estimación más extendida), superaría los 328.600 litros.
Hace un año, un convenio suscrito por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, el Ente Regional de la Energía y el Ayuntamiento de Palencia permitió la instalación de 33 contenedores para este tipo de residuo, cuyo tratamiento en las depuradoras de agua es muy costoso y complejo. La firma de dicho convenio cumplía un doble objetivo: cuidar del Medio Ambiente y generar puestos de trabajo para las personas con discapacidad, amparadas por la Fundación San Cebrián, entidad encargada de la recogida.
Sus trabajadores efectúan la recogida de los contenedores aproximadamente cada 20 días. «Suelen recogen alrededor de 4.000 litros cada vez», apunta Begoña Pastor, responsable de la recogida en la Fundación, quien destaca que la mayoría de los contenedores se llenan. «En las zonas céntricas o en el área de Eras de Santa Marina, por ejemplo, la gente colabora. Sin embargo, en barrios como el Sector 8, más despoblado, se recogen menos litros», añade. Los vecinos almacenan el aceite usado en botellas, que después depositan en los 33 contenedores distribuidos por la capital. Tras un proceso de filtrado y tratamiento con aditivos, el aceite de cocina se transforma en biodiésel.
Esta Fundación también se ocupa de la recogida del aceite usado de otros 60 clientes, gracias a convenios como el suscrito recientemente con la Asociación General de Hostelería. «En los primeros días la respuesta de los hosteleros fue muy buena. Sin embargo, ahora está un poco parada», apunta Pastor. El problema es que muchos establecimientos mantienen contratos con empresas privadas de tratamiento de sus residuos, que penalizan al hostelero si éste no les entrega el aceite convenido. Por eso, «prefieren esperar al vencimiento de esos contratos para encargar la recogida a la Fundación», indica Pastor.
