La bandera arcoiris ya se reivindica en la provincia de Palencia

En Palencia ya ondea la bandera arcoiris. Con el nacimiento del colectivo Chiguitxs LGTB+ la provincia ya tiene un movimiento referencia de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. 
Su creación es «por casualidad», como asegura una de las integrantes, Beatriz Gómez. Todo surge a raíz de una agresión homófoba sucedida en octubre del pasado año; la víctima, tras asistir a un congreso sobre diversidad afectivo sexual, «vino con las pilas cargadas y planteó la posibilidad de crear un plataforma».
Gómez reconoce que en un primer momento «no lo veía» pero, finalmente, a través de Facebook se creó un grupo para la visualización de LGTB (Lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) que finalmente ha derivado en la creación de esta plataforma.
Destaca las dificultades que el colectivo tiene en una ciudad como Palencia «pequeña, marcada por el éxodo laboral pero también por el del LGTB que se produce sobre todo en las zonas rurales». Añade al respecto «lo complicado que es llevar un estilo de vida como el del colectivo en estas zonas, llega un momento en el que se da la diáspora queer».
La complicación es aún mayor cuando a nivel regional se repite el patrón de la provincia, según explica la integrante de Chiguitxs LGTB+ y añade al respecto que en una ciudad como Valladolid solo existe la Fundación Triángulo, como punto de referencia para el colectivo a nivel de asesoramiento, «pero tiene una maquinaria administrativa que pesa», de ahí que la plataforma palentina se ha querido centrar «en realizar una tarea pedagógica» tanto dentro del colectivo como fuera de él.
Gómez destaca una situación que vivió en la primera reunión del colectivo «y que da rabia», como es el hecho de que la gente «aún persigue la aceptación de la sociedad». Para la integrante del colectivo el objetivo tiene que ir más allá «tenemos que dar armas y empoderar a quien pertenece al colectivo de que lo que hay que reivindicar es el derecho de todas las personas a ser diferentes, a la diversidad, no a la homogeneidad». De hecho, Gómez destaca que dentro del colectivo «hay gente precaria, ejecutivas agresivas, alumnos, profesores, gordas, flacas...». «Diversidad de la de verdad», afirma al tiempo que recuerda que «no se puede desvincular el activismo LGTB de esto».

Para Beatriz Gómez es interesante que el colectivo se quite la imagen banalizada que se da de él y aboga por que «el capitalismo rosa no fagocite el activismo LGTB». «Este tipo de gente que conforma el llamado lobby gay, instrumentaliza el colectivo pero es importante saber que lo conforma gente de distintos estratos tanto sociales como culturales».
Al respecto explica «el fenómeno curioso de Chueca», el barrio por excelencia de LGTBen España. «Con el tiempo se ha ido despolitizando para convertirse en moderneo y postureo, es un barrio gay pero desactivado en lo que a la lucha se refiere», indica. El relevo de lo que era antes Chueca lo ha tomado otro barrio madrileño, Lavapiés «donde actualmente hay bastante activismo teniendo en cuenta las necesidades del barrio», tal y como se vio el pasado 28 de junio en la celebración del denominado Orgullo indignado.

PREOCUPACIÓN. La integrante Chiguitxs LGTB+ explica la importancia del activismo y de llevar a cabo una labor pedagógica entre los integrantes del colectivo. «Porque existimos; aunque esto sea un páramo valdío, estamos aquí».
Al respecto, indica la importancia de esta labor a tenor de estadísticas que reflejan que la mitad de los adolescentes LGTB ha intentado suicidarse, según un estudio de 2012. «El motivo no es el hecho de ser homosexuales, sino que saben las consecuencias sociales que su condición sexual acarreará», explica Gómez, que recuerda que muchas de estas personas son víctimas de bullying (acoso escolar) «porque hay profesores que muestran una pasividad absoluta ante la homofobia». «No puede ser que las autoridades se crucen de brazos ante estos temas porque hay casos realmente peliagudos», exclama.
Este es uno de los motivos que lleva a Chiguitxs LGTB+ a realizar acciones como charlas en centros educativos «pero desde el propio colectivo».
No se plantean grandes metas, «trabajar a nivel local y provincial y dar instrumentos a la gente que esté cerca para que se reivindique», aclaran.

Asimismo, se plantean la colaboración con otras organizaciones y colectivos afines «y hacer de la necesidad una virtud». Al respecto, Gómez recuerda que recientemente trabajaron de manera conjunta con la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) en la proyeccion del documental Testigos de un tiempo maldito de Javier Larrauri. La integrante de Chiguitxs comenta que hay poca información sobre los represaliados a consecuencia de su condición sexual «en parte porque se les juzgaba por la Ley de Vagos y Maleantes».
«La idea, por el momento, es trabajar con colectivos que se acerquen a nosotros y viceversa». Para el año que viene probablemente colaborarán con la Fundación San Cebrián. «También queremos estar presentes a nivel institucional, aunque de momento prima la acción de calle porque son más urgentes las necesidades del colectivo», indica.
Lo cierto es que desde que nació el colectivo se han dado pequeños pasos pero dignos de tener en cuenta. Así, grupos políticos presentes en el Ayuntamiento de Palencia firmaron una declaración insitutucional con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia, y la Transfobia, el pasado 17 de mayo, a iniciativa de Chiguitxs LGTB+. Con ella, se comprometían a impulsar y promover políticas que favorezcan la normalización social y una mayor visibilidad de este colectivo en la ciudad de Palencia. Otro guiño al colectivo se producía el 27 de junio, con la colocación de la bandera arcoiris en el Ayuntamiento de Venta de Baños. 

Entonces, desde Chiguitxs LGTB+, ya destacaron que este gesto «es un avance claro de apoyo al colectivo en el ámbito rural, el más difícil para la diversidad afectivos sexual». Asimismo, indicaron que «visibilizar que existen en los pueblos de la provincia es un paso imprescindible para eliminar la discriminación social y para alcanzar la igualdad real y efectiva».