«La Junta no ha eliminado ningún servicio en Palencia, ni social, ni sanitario, ni educativo, que venía prestando»

El representante autonómico cumple dos años en el cargo
LUIS DOMINGO GONZÁLEZ / DELEGADO DE LA JUNTA
Nacido en 1962 y casado con una palentina –tienen una hija–, Luis Domingo González ha cumplido dos años al frente de la Junta en Palencia –tomó posesión el 8 de julio de 2011–. Diplomado en Magisterio y licenciado en Geografía e Historia, el nuevo delegado es natural de Río Quintanilla, en el valle burgalés de Caderechas. Su trayectoria política comenzó siendo alcalde de su pueblo. Fue concejal de Miranda de Ebro, diputado provincial de Burgos y procurador por esta provincia en las Cortes de Castilla y León durante doce años. Reside en Palencia desde 1994.

–¿Cómo valora estos dos años?
–En lo personal, apasionante, por lo que supone de la capacidad de sentirme protagonista de ciertos cambios que pretendo en la sociedad, y apasionante por la capacidad de comunicación y de conocimiento de la sociedad. Pero también, duro por las vivencias que la situación de crisis ha provocado y de las que he sido testigo directo.

–¿Ha tomado alguna decisión dolorosa en este periodo?
–La Delegación Territorial no tiene una capacidad ejecutiva donde se adopten decisiones importantes, pero como delegado he tenido que trasladar, argumentar y defender hechos y resoluciones que sé que han provocado cierta zozobra en la sociedad a nivel individual o colectivo.

–En su toma de posesión prometió trabajar por una Palencia moderna, competitiva y con posibilidades de futuro. A la vista del incremento del paro, ¿cree que se ha avanzado algo en esta línea?
–Evidentemente, este no es el mejor momento para caminar en esa dirección. Esta crisis no ha todo el mundo le ha pillado igual. Hay capitales que les ha pillado más nutridas que a Palencia, que tiene menos reservas. Ahora no es el momento más idóneo para buscar ese protagonismo. Yo sigo pensando que Palencia debe tener más protagonismo y proyección del que actualmente tiene. Eso debe comenzar por los propios palentinos: aprender a querer más lo nuestro. 
Tenemos motivos para ello. Somos un referente en la industria agroalimentarias, somos la tercera potencia de la región a nivel agrícola y tenemos un potencial turístico envidiable, pero las cifras lánguidas que tenemos de viajeros no se corresponden con ese potencial. Solo aquellas sociedades que se quieren avanzan. Tenemos que saber ejercer sin ningún complejo liderazgos que fortalezcan esta provincia. Todavía estamos a tiempo de escribir un futuro brillante para esta capital y esta provincia.

–¿Cree que hay indicios para afirmar que la situación económica empieza a mejorar?
–Hay que esperar al desarrollo de las acciones, porque ya nos hemos equivocado muchas veces, y por respeto a tanta gente que lo pasa mal, tenemos que ser muy precavidos. ¿Cuándo saldremos de la crisis? Aquí va a tener mucho que ver el entorno y dónde exportemos. El 60% de PIB de España depende del consumo, y con más de un 25% del paro, el consumo se resiente. Estas crisis que comienzan por lo financiero, como esta, que siguen por lo económico, que median en lo político y terminan en lo social, son muy costosas, y además, la recuperación suele ser al revés: primero hay una transformación social, luego viene la política, luego la económica y finalmente la financiera. Está naciendo un mudo nuevo ahora.

Con la gente que lo pasa mal
–¿Cuáles son los problemas que más le preocupan de Palencia?
–Lo primero, estar cerca de la gente que peor lo pasa, la más débil y vulnerable, y por eso nuestra obsesión es trabajar por los servicios sociales. En segundo lugar, tenemos que ser capaces de armar la sociedad y de facilitar que los empresarios creen empleo para salir de la crisis, porque de la crisis no únicamente nos van a salvar los gobiernos. Necesitamos la complicidad de los empresarios. En tercer lugar, la cohesión territorial. Tenemos que ser capaces de armarnos interiormente, sentirnos orgullosos de lo que tenemos para exteriormente proyectarlo.

–¿La contratación de parados que promueve la Junta a través de los ayuntamientos y de la Diputación y la construcción del hospital son las noticias buenas de la Junta?
–No. Yo creo que se está inoculando, creo que de modo injusto, un virus, como que la Junta estuviera ausente debido a los recortes. No siempre un menor gasto económico lleva consigo una peor prestación, ya que muchas veces la prestación está ligada más a una gestión eficaz y eficiente que a un gasto mayor. Los recortes no son coartadas para la inacción. Por otra parte, la Junta está presente en toda nuestra vida, porque mantiene el edificio de nuestro bienestar social. Lo que ocurre es que no lo notamos, porque hemos tenido que retirar los adornos, los geranios de las ventanas. ¿Quién sabe que la Junta gasta 120 millones de euros al año en el hospital? Otros 50 millones en mantener los 20 veinte centros de salud, 40 millones en gasto farmacéutico y 100 millones en la atención educativa. ¿Quién sabe que la Junta cada año solo con los conciertos que firma con San Luis, San Juan de Dios, con la Fundación San Cebrián o con los guanelianos aporta doce millones de euros para la atención de personas con algún tipo de discapacidad? Nadie. Todo eso pasa desapercibido. Lo que se ven son las actuaciones más espectaculares, como el nuevo hospital o la contratación de parados por parte de los ayuntamientos, que es fruto del consenso de la Junta con los agentes sociales. El nuevo hospital es la cumbre de las inversiones. Las expectativas iniciales eran para un hospital de 120 millones de euros, pero hemos sido capaces, en tiempos de crisis, de aprobar un hospital de 235 millones de inversión.

–¿Se van a retomar proyectos que quedaron aparcados por la crisis?
–Hemos ido constantemente recuperando proyectos cuyas empresas en su momento dieron en quiebra, sobre todo en dos carreteras, la que conecta Monzón con Fuentes de Nava y otra que une Paredes con Villarramiel. La primera se acabó hace más o menos medio año y la segunda se va a acabar en agosto. Otros proyectos paralizados son la ampliación de la Delegación Territorial o la nueva Escuela de Arte Mariano Timón. Esta nos gustaría retomarla cuando fuera posible, pero ahora no hay perspectiva a corto y a medio plazo de que sea posible. La Delegación Territorial está entre las últimas de las prioridades por muy necesaria que sea.

–¿Se ha avanzado en los estudios informativos de las autovías de Paredes de Navas y Carrión de los Condes de Condes con Palencia?
–Algo se ha avanzado, aunque no en la medida que nos hubiera gustado. Se ha concluido el estudio informativo de la autovía que va a conectar Palencia con Carrión y Paredes de Nava y el estudio previo de la autovía alternativa que unirá Palencia con Villalobón, que no sería por el actual trazado, sino por otro que conectaría con la actual ronda en el primer tramo y desde la ronda hasta la autovía a Santander, por otro tramo. Nuestro deseo es que en esta legislatura hubiesen empezado las obras del entronque con la capital, pero lamentablemente eso no va a ser posible.

Fortalezas

–¿Desde la Junta se está explotando adecuadamente la ubicación geográfica de Palencia y sus fortalezas en la industria agroalimentaria y en patrimonio natural y cultural?
–En la industria agroalimentaria sí se está explotando en cuanto que somos un referente en la comunidad. Lo que ocurre es que debemos presumir de ello y ejercer los liderazgos que nos corresponden, porque conseguiremos mayores objetivos. La Junta apuesta por estas industrias. Lo mismo debe decir en el aspecto turístico patrimonial y cultural. Algo estamos haciendo mal, o por ser positivo algo tenemos que hacer mejor. Tenemos mucha capacidad de mejora. La aportación del sector turístico en la región es del 10% y en Palencia distamos mucho de este porcentaje. Hay que sacar mayor rentabilidad a nuestros recursos. Tenemos que vender Palencia dentro de la marca de Castilla y León. El primer paso fue la unificación de las oficinas de turismo, pero tenemos que seguir avanzando.

–¿Está previsto que se abone pronto la aportación de la Junta al Ayuntamiento de Palencia y a la Diputación por el convenio marco de servicios sociales?
–Nos gustaría pagar con la mayor celeridad, pero por encima de que paguemos antes o después, en Castilla y León tuvimos la primera ley de servicios sociales de toda España que garantiza precisamente ese pago, la financiación de los servicios sociales a las corporaciones locales. Trataremos de mejorar los plazos de esos pagos.

–¿Cuáles son las principales inversiones que ejecuta en estos momentos la Junta en Palencia?
–Con los fondos Miner hay una obra de más de diez millones en la carretera de Cervera a Piedrasluengas. En Guardo hay otra obra de cinco millones en el edificio de usos múltiples La carretera entre Paredes y Villarramiel se eleva a cuatro millones. La promoción de viviendas de Palencia, la única de la Junta en una capital de provincia, que supera los cinco millones de euros. El colegio de Grijota, en torno a los tres millones de euros. Se va a acabar en breve la residencia de La Pernía, donde se ha invertido un millón de euros. No hay que olvidar las ayudas a la industria, cifradas en 55 millones, ni las subvencione a los centros especiales de empleo, por más de cinco millones.

–El transporte a la demanda es uno de los programas estrella de la Junta. ¿Cree que se puede seguir manteniendo?
–De hecho, el año pasado se hizo un reajuste del programa para garantizarlo. Tiene una doble función, sanitaria y educativa, y por lo tanto no vamos a abdicar de él. Es verdad que pedimos un mayor esfuerzo a los empresarios de autobuses, que ha llevado a una menor frecuentación, pero el transporte regular y el de demanda lo queremos seguir manteniendo. Hay una aportación a ambos transportes superior al millón de euros.

–El cierre de las urgencias nocturnas de Barruelo fue muy contestado. ¿Su reapertura parcial será suficiente?
–La Junta de Castilla y León no ha recortado ningún servicio que venía prestando en la provincia. Ni uno. Si acaso, alguien puede conceptuar como recorte que las urgencias que se atendían de diez de la noche a ocho de la mañana en Barruelo ahora se atienden en Aguilar. Es el único ajuste que ha habido. Tenemos los suficientes recursos humanos y materiales para prestar el servicio. Sobre la situación concreta de Barruelo, se ha creado en las Cortes una comisión para para ver cómo van a que este y otros casos y hoy no puedo predecir el futuro. Ahora de momento se van a abrir las urgencias con motivo de las fiestas.

La fuerza de la agricultura

–¿Con casi todos los sectores laborales en crisis, la agricultura parece que se salva, pero será suficiente para reactivar la economía?
–El peso de la agricultura en esta provincia es muy importante. Somos la tercera potencia de cereal de invierno en la comunidad. En esta provincia, la producción ha aumentado un 16% más que en el resto de la comunidad. Esto es bueno, aunque es verdad que los precios no son los mismos que los del año pasado, pero el aumento de la producción puede mitigar esa disminución de precios. El 60% del PIB va depender del consumo, y en la medida que el consumo de la agricultura se reactive, se puede reactivar en el resto de sectores. No será la agricultura la única tabla de salvación, pero va a mitigar mucho la situación económica de la provincia.

–¿La ordenación del territorio en qué beneficiará?
–Vamos a garantizar la sostenibilidad de la prestación de los servicios. Ahora mismo es imposible que pueblos de pequeña dimensión puedan mantener servicios. No se trata de una revolución, sino de una reordenación, donde varios núcleos, si lo estiman oportuno, se pueden agrupar para que puedan, a través de economía de escala, hacer factible, posible y perenne la prestación de servicios que de otro modo sería imposible.

–¿La Junta está siendo suficientemente reivindicativa con el Gobierno de Madrid?
–Hay que ser leales, pero también exigentes. Si yo veo con agrado que el Gobierno de Herrera exija con beligerancia actuaciones al Gobierno central, cómo a mí me va a molestar o sorprender que ayuntamientos o ciudadanos demanden cuestiones a la Junta de Castilla y León. En aquello que la Junta ha entendido que tenemos que tener un mejor trato, así lo ha manifestado, bien sea el tema de la minería, la industria o la reestructuración judicial. Creemos que esa beligerancia ha sido buena, pero también el diálogo, como ha ocurrido con el plan industrial de Renault.

–¿Cómo contrarresta las duras críticas del PSOE por la situación en que se encuentra la provincia?
–La Junta ha garantizado el mantenimiento de los servicios públicos básicos. La Junta no ha eliminado ningún servicio, ni social ni sanitario ni educativo, que venía prestando. Hemos sido capaces que menos recursos materiales ofrecer los mismos servicios. Es verdad que esto ha exigido un mayor compromiso por parte de los 6.000 trabajadores de la Junta que hay en Palencia que ahora tienen que trabajar más tiempo, tienen menos días disponibles.

–¿El cierre de unos de los dos institutos de Guardo no lo considera supresión de servicios?
–No. Al revés. Los mismos servicios que antes se ofertaban en dos institutos, ahora se van a ofertar en uno solo, que va a seguir utilizando las dos dependencias. No hay ninguna oferta educativa, ninguna rama que antes se ofertase que ahora no se oferte. Al revés, se va a incrementar, porque antes, al ser dos unidades diferenciadas, si había una especialidad que se pedía en un instituto y en otro, como el número en ambos no era el mínimo exigible, no se podía impartir. Ahora habrá ramas que ya reunirán el mínimo exigible. La misma oferta educativa del curso 2012-2013 se ha ofertado en el próximo.

–En su toma posesión dijo que esperaba no decepcionar a nadie. ¿Ha podido decepcionar a alguien?
–Seguramente que a mucha gente. He tratado de dejarme la piel en el intento, de imprimir a la responsabilidad de esta delegación un factor humano. Me parece fundamental, apostar por las grandes empresas, que son las que cambian el rumbo, pero sin descuidar el más mínimo detalle, dar siempre respuestas a las inquietudes de la gente.

–Es inevitable referirse al 'caso Bárcenas'. ¿En qué medida cree que perjudicará al PP?
–Me preocupa mucho el PP, pero me preocupa más la sociedad. No me preocupa tanto el caso Bárcenas o lo que puede repercutir en un partido. Esa actitud personal me avergüenza, me abochorna, me preocupa en tanto que denota que hay una crisis moral en la sociedad, más profunda de la que parece. Si tuviéramos una sociedad armada moralmente, quizás estos comportamientos no serían posibles.

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